En esta entrada
hablaremos de los amores fallidos, y no me refiero a las relaciones fallidas,
si no a esos amoríos a los que les veías futuro y simplemente no llegaron ni a
una relación. Es normal rebuscar cuando todo termina y al final no eran tan
compatibles a pesar de la química, de las risas, del romance, de los besos ¿Por
qué a pesar de todo no se pudo convertir en amor?
Bueno ahora puedes
voltear para atrás y contar ¿cuántas veces no te sentiste suficiente y piensas
que por eso se fueron? O ¿cuántas veces buscaste la falla en ti? O incluso ¿Cómo
es que tus pronósticos fallaron y no llegaron a formar una relación?
Lo sé, todo parecía
ir bien y la falla fue básicamente indetectable, pero hubo falla y no hay
marcha atrás.
Una vez hace
muchos años (Real hace como 14 años) conocí a un tipo, muy gracioso, al que
llamaremos Daniel, el era apuesto, coqueto, un buen partido que a parte de todo
tenía mucha química conmigo, lo conocí trabajando para una compañía de
celulares, el era uno de los supervisores, cuando me iba a calificar después de
casi un mes supervisándome me pidió mi teléfono y me “condicionó” mi calificación
si aceptaba una cita con él.
Ya se imaginan que
yo estaba que me moría de la emoción, fuimos por una nieve en la primera cita
(recuerden eso para el rato). Salimos unos meses, todo iba bien, comenzábamos a
contarnos nuestros planes a futuro, el ingeniero, yo psicóloga (y al final yo
soy administradora y él es arquitecto). Recuerdo muy bien una de las ultimas
tardes en su carro cantando a todo volumen, en un momento solo le bajo, se me
quedo vendo, me sonrió y me dijo:
D .- Yo ya debería pedirte que seas mi novia
A .- Si ya deberías.
Me beso la mano y
me sonrió… después de esa tarde no lo vi hasta una semana después, dejo de
responder mis mensajes y me dijo el famoso “tenemos que hablar” cuando llego me
explico de la manera mas madura que se puede explicar a los 17 años que estaba
confundido, que su ex novia había regresado de Estados Unidos y que no quería hacerme
daño, que el la había elegido a ella. Naturalmente no pude enojarme si quiera,
su manera de decirme las cosas fue tan clara y precisa que entendí perfecto que
no era con el, y no era su culpa.
Meses después fue
a mi casa en la madrugada con sus amigos a gritar lo mucho que me quería, mis
papas me dejaron salir únicamente para decirle a Daniel que se fuera porque no
eran horas para visitarme, cuando salí recuerdo muy bien cómo me agarro las
manos y me dijo “me equivoqué, debí elegirte a ti” pero para ese entonces yo salía
con alguien y realmente lo quería mucho, por lo que a pesar del nudo en la
garganta le dije que no podía corresponderle. Paso el tiempo, tuve una relación
de un año y medio con esa persona y al terminar esa relación Daniel me busco,
comenzamos a vernos de nuevo, tuvimos cerca de 3 citas cuando yo me entere que me
tenia que mudar del estado, un día antes me pidió una cita más, fuimos por las
mismas nieves que en la primera cita, incluso me pidió el mismo sabor, me causo
ternura que se acordara y saco de su cartera el ticket de hacia mas de 2 años, cuando tuvimos nuestra primera cita. “Sabía que algún día lo iba a necesitar” me sorprendió
que aún lo conservara y me entristeció saber que de nuevo no podíamos intentarlo
y ahora era yo la que no podía quedarse.
Me fui y al volver
meses después el ya tenia pareja, paso el tiempo, Daniel termino con su novia y
yo tenia pareja, así que tampoco se pudo. Cuando yo termine mi relación me me
busco, me dijo el montón de cosas bonitas que esperaba escuchar desde hacia
mucho tiempo pero todo se arruino con el “si me dices que sí, la dejo a ella”
en ese momento supe que no podría serla causante de que le partieran a alguien más
el corazón; Así que a pesar de mis ganas de por fin intentarlo 4 años después volví
a decir que no.
No importo cuantas
veces quisimos, el y yo no estábamos destinados a ser, el ahora vive en otra
ciudad, es felizmente casado y viaja por el mundo con ella, un final feliz para
un maravilloso hombre que aunque nunca fuimos nada se perfecto que pudimos
serlo todo.
Meses después conocí a alguien a quien
llamaremos Pepe que me hacía sonrojarme, que me llamaba si estaba enferma, alguien
que me esperaba al salir de clase en la universidad los martes para pasar un
momento conmigo antes de que mis juntas de un grupo estudiantil empezaran, alguien
que me dedicaba canciones, se desvelaba al teléfono conmigo, alguien que diario
me decía “no se que tienes, te lo juro, pero me vuelves loco” salimos por
algunos meses también y de pronto INCREIBLEMENTE recibí un mensaje muy familiar
“Volvió mi ex, estoy confundido, tengo que pensar las cosas” parecía un chiste
de la vida conmigo, un muy mal chiste. Yo iba de misiones así que recuerdo que
le dije “estuviste 5 años con ella, ya sabes que te ofrece, estuviste 3 meses
conmigo, ya sabes que te ofrezco, tomate esta semana para pensar que quieres”
pero esa semana yo conocí a alguien, alguien que cambio mi vida y a pesar que
aun no sabia lo mucho que iba a significar para mi supe que de nuevo por algo
no había funcionado con Pepe.
La vida dio muchas
vueltas, ambos tuvimos relaciones largas y bonitas, pero ambos terminamos con meses de
diferencia, y ambos al vernos solteros nos volvimos a encontrar, ambos
deprimidos por el fracaso de nuestra reciente relación donde creímos que habíamos
encontrado el “final feliz” así que no fuimos la mejor combinación, no íbamos a
funcionar y desde el principio lo sabíamos, solo fuimos por un momento el
antidepresivo del otro, antidepresivo adictivo que tuvimos que dejar ir por que
no era sano para ninguno de los dos.
Esas fueron las
veces que creía que si pero siempre no, veces que el destino o ellos decidieron
por mí, veces que una serie de eventos desafortunados no me dejo tener una historia
con ellos dos, esas fueron las veces en que me pregunte en que falle yo, veces
en las que no podía parar de verme defectos, de compararme con alguien más, las
veces en que ellos sin saberlo me hicieron sentir insuficiente.
Pero ¿por qué no
mencionamos también las veces en que yo hice sentir a alguien insuficiente para
mí?
Les hablare un
poco de Oscar, a el no le cambio el nombre por que el se merece todos los
honores del mundo, Oscar a quien yo le decía de cariño “Fortachón” me conoció en
un café, el era el barrista, ese café era de un amigo mío y lo estaba buscando para
programar una presentación de mi libro. Oscar desde que me conoció demostró interés,
siempre me dijo “señorita” me contó la historia de su vida, me hacia bromas
todo el tiempo y sin saberlo me saco de una relación toxica, una relación en la
que busque mil veces las maneras de salirme y no sabia como. Oscar me hizo ver
que tenía muchísimo valor como mujer, me hizo verme a través de sus ojos y me
enamore perdidamente de mí. Tuvimos algunas citas, pero el se tenia que ir a Estados Unidos a trabajar con un tío.
Él estudiaba nutrición y de verdad estaba
fortachón, a mi me parecía exagerado su amor por el gimnasio al punto de compararme
a mi con sus rutinas, ese tipo de detalles me detenían a intentar algo con él. Para
mi cumpleaños vino el fin de semana desde Denver de sorpresa, llego al bar
donde me estaba festejando y entendí que quien hace ese tipo de cosas por ti es
de verdad alguien que te quiere en su vida, entendí que yo merecía que alguien
viajara por horas para tener unos momentitos conmigo, alguien que supiera el
valor que tenía yo como mujer y me enseñara a valorarme. No funcionamos,
pero nunca fue por el, siempre fue por mi y en cada oportunidad que tenía me decía
“si tan solo pudiera hacer las cosa diferentes, si tuviera una mínima oportunidad
de intentarlo de nuevo haría que valiera la pena” pero no era el, algo en mi no
me permitía enamorarme de el, pero siempre fue mi super héroe, siempre tuvo un
pedazo de mi corazón, siempre supe que gracias a el salí del infierno y volví a
verme a mi misma con ojos de amor.
Nunca perdimos el contacto, siempre estuvo ahí, incluso para escuchar las historias de mi corazón partido "si yo tuviera la oportunidad, no te dejaría ir señorita" pero no hubo otra oportunidad, yo ya lo veía de otra forma completamente distinta, un cariño diferente, uno que no se podía convertir en amor.
Nunca perdimos el contacto, siempre estuvo ahí, incluso para escuchar las historias de mi corazón partido "si yo tuviera la oportunidad, no te dejaría ir señorita" pero no hubo otra oportunidad, yo ya lo veía de otra forma completamente distinta, un cariño diferente, uno que no se podía convertir en amor.
Después de mi el fortachón
de enamoro, ella falleció en un accidente automovilístico y el un año posterior
a ese falleció de un paro respiratorio, hoy me gusta pensar que no era yo, por
que siempre fue ella, su amada “nutria” y ahora están juntos sin ningún obstáculo
que los separe, espero que estés bien fortachón y que desde el cielo sigas
cuidando de mí, no te olvido, ni un solo día, ojala siempre pueda verme a mi
misma como me veías tu.
Entonces pasa el tiempo y volteas atrás, te replanteas todo de nuevo y te das cuenta que no eres
tu la falla, a veces tampoco es el, es solo que en ese barco ellos fueron tu
ancla, es solo que tienes que seguir navegando hasta que encuentres mas que un
ancla un puerto, un lugar para quedarte, alguien que se suba a tu barco y
naveguen juntos.
Se que no
funciono por que no tenia que funcionar, por que esas personas que no se
quedaron tenían que enseñarte algo y si no lo aprendiste bien, vuelven para
enseñarte la lección que tenias que aprender, necesitas dejarte fluir para que
las cosas pasen, deja de preguntarte ¿por qué no? Y comienza a preguntarte
¿para qué no?
Eres increíble, Alicia. Tu buen corazón te hace una persona maravillosa. Sigue así, sigue escribiendo, brillando y triunfando.
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