La fortuna de coincidir, la magia de conectar...

 

He pasado unos días un poco extraños y emocionantes. A pesar de los lugares nuevos que conocí y a los que volví, lo que más me impresiono en estos días es la cantidad de personas increíbles y maravillosas que me encontré en el camino.

Personas que jamás hubiera conocido, de no ser por el momento exacto en el que nos cruzamos, o las personas de por medio que nos hicieron coincidir.

Eso me ha hecho pensar muchísimas cosas respecto a las decisiones que tomamos y a donde o con quien nos lleva eso.

He conocido muchas personas a lo largo de mi vida, unas por medios convencionales y otras por redes sociales, personas que se han vuelto tan parte de mi que no puedo imaginarme mi vida sin ellas. Personas que han convertido una coincidencia en una decisión constante de permanecer conmigo a pesar del tiempo y la distancia.

Entre las increíbles personas que conocí en estos días, conocí a Adam, un bar-tender, cantante y honestamente un hombre con un corazón transparente y bonito. Un hombre que vive desde hace años en Nueva York; ama vivir ahí, pero después de una conversación que tuvimos me dijo algo que me hizo pensar en escribir justamente sobre eso, sobre lo increíble que es la magia de coincidir y sobre todo conectar.

Comentábamos ambos nuestros puntos de vista sobre la multiculturalidad que existe en Nueva York y la sensación que te brinda esa ciudad cuando estas ahí. El me hablaba desde “su privilegio” de vivir en la ciudad y creía que hasta cierto punto había perdido la capacidad de asombro con la ciudad, pero no con las personas y yo siempre me había maravillado con la ciudad y disfrutaba vivirla normalmente sola y en el camino encontrar personas; ahí fue el choque, el click de esa conversación “lo maravilloso de recorrer el mundo en soledad es la compañía que encuentras en el camino” pensé en eso continuamente y me di cuenta de algo maravilloso, Adam le había dado una nueva perspectiva a la idealización que tengo por esa ciudad y yo le había recordado por que llego ahí hace años. Primero llego por la idea de la ciudad, por la libertad de ser quien es, pero permaneció ahí por las personas, por las coincidencias y la magia de haber conectado de maneras únicas con personas inesperadas.

El y yo no nos conocíamos, pero esa noche, ambos éramos invitados a una fiesta navideña, fuimos al mismo tiempo a la cocina, comenzamos a platicar. Coincidimos, conectamos y decidimos comenzar una amistad después de esa noche, sin importar si yo vivía ahí o no. Esa es la magia.

Y de pronto tengo días pensando en las conexiones que he hecho con personas que jamás imaginé hacer e hice un recuento de momentos bonitos que he tenido con algunas personas importantes para mí.

Existen almas maravillosas en mi vida que jamás pensé que estarían en un lugar tan especial en mis días, pero agradezco todas y cada una de las coincidencias.

Agradezco el asiento vacío a un lado de mi mejor amiga en el que decidí sentarme en 2006. Ese día antes de ir a la escuela me regrese a mi cuarto a amarrarme un listón rosa en mi cabeza, eso me hizo llegar un poco tarde, encontrar ese lugar disponible y decirle “hola” a la niña más seria e inteligente del salón (después de eso yo no pare de hablar y ella sigue sin saber cómo callarme) pero ese día, en ese momento nos ha dado una amistad de más de 16 años.

Tengo amistades muy importantes que conocí gracias a ex parejas y aunque llegaron a mi vida por alguien más, decidieron quedarse a mi lado y dejamos de ser “la amiga/el amigo/ la novia de…” para convertirnos simplemente en Amigos, con todas sus letras, haciéndole honor a la extensión de la palabra y valorando a quien nos hizo coincidir, pero sin depender de ello par estar juntos.

Tengo incluso amigas del otro lado del mundo que conocí por una clase, por que elegimos la misma ciudad, el mismo verano en la misma escuela de idiomas, decidimos y esas decisiones nos llevaron a conocernos y la manera en que conectamos nos han hecho permanecer, a pesar de la distancia, del tiempo y del horario seguimos siendo parte importante de nuestras vidas.

Hay amigas que conocí gracias a las redes sociales y sin quererlo descubrimos que las almas gemelas se encuentran en quien menos y donde menos esperas; por ejemplo Frida y yo somos escritoras, sentimentales y un montón de coincidencias, coincidencias que nos hicieron conectar, pero las diferencias que tenemos son las que nos complementan, un alma gemela a distancia que se ha vuelto indispensable para mí.

También me he dado cuenta que el paso de algunas personas en mi vida me han convertido en quien soy ahora. Algunas personas permanecieron aquí conmigo, otras no, pero me enseñaron suficiente para saber que las llevo conmigo estén o no cerca de mí. Me dejaron su enseñanza y con ello, su aportación a mis decisiones y manera de ver la vida.

Incluso es valido mencionar que existen ex parejas que dejaron grandes enseñanzas, algunos mas que otros. Particularmente quiero agradecer la ironía de la vida que convirtió a un amigo en pareja y años después volvimos a ser pareja y volver a experimentar ser solo amigos. Magia de coincidir y conectar mas de una vez y en más de una manera.

También es importante apreciar quien intento volar contigo y no supo cómo, pero te dio la libertad de volar a tu manera, aunque él no pudiera estar a tu lado. Tengo que reconocer que me recordó lo bonito que es volar sin olvidar el suelo.

Los corazones rotos también te ayudan a ser alguien diferente, a elegir mejor, a no dejar de ser quien eres pero a reconocer tus errores, mejorarlos y convertirte en una mejor versión de ti.

No me había dado cuenta de cuanto había crecido y cambiado hasta que me encontré viajando a un lugar que amo, pero sentía muchas cosas diferentes a mi alrededor.

Hubo muchas cosas que vi hace más de 7 años y cuando las volví a ver se veían exactamente igual, la gran diferencia era que yo no era la misma que aquella vez las vio por primera vez.

Ahora que quedan tan pocos días del año, creo que seria un buen momento para frenar un poco, aceptar y agradecer las coincidencias y la fortuna de que algunas personas entraran a nuestra vida, aunque fuera de paso, tratar de agradecer la transformación que representaron en nosotros y sobre todo apreciar la fortuna de coincidir y la magia de conectar.