Es una pregunta que realmente no muchas personas pueden contestar honestamente. Yo imagino que te preguntarás ¿por qué? Pero a veces no sabemos cómo ver de frente las cosas que nos incomodan o nos hacen sentir que nos hemos fallado a nosotros mismos, sobretodo por lo preocupados que estamos en fallarle a las expectativas de los demás. Y justo ahí quiero empezar esta entrada; en las expectativas.
Por que, lo cierto es que la mayoría de las veces esa es la razón por las que hacemos las cosas, es donde usualmente perdemos la idea de a donde queremos pertenecer por a donde “debemos” pertenecer.
Este verano son ya 8 años desde la primera vez que pise Nueva York; esa primera vez en la que encontré aquí una parte de mi que no sabia que me faltaba. Después de tanto ya no tiene sentido hablar de por que me fui de aquí la primera vez, por mas que me quisiera quedar. Pero, siempre puedo hablar por que volví una y otra vez hasta que decidí venir por tiempo indeterminado. Es importante hablar del porque frene mi vida”estable” y arriesgue todo, esa vez que el miedo me hizo ser valiente, ese día que yo siempre supe que llegaría pero lo aplace para no sentir que le fallaba a mis padres por dejarlos solos en nuestra casa, a mis sobrinos por que quien me conoce sabe que yo por esos niños doy mi vida entera, también sentía que le fallaba a mis hermanos al irme lejos y dejar nuestra familia incompleta; y a mis amigos por ser egoista e irme a empezar de cero, a pesar de los mil cambios que ellos estén teniendo en sus vida. El problema, es que esa postura de sentir que si me iba fallaba me cobro una factura muy alta, que incluían los ataques de ansiedad en las noches que sentía que no era feliz a pesar de todo, a pesar de todos. Sentía que no pertenecía a ningún lugar y sin embargo me di cuenta que pertenecía a muchos.
Le pertenezco a las tardes viendo series con mi mamá, a los domingos de esperar a que mi papá baje para desayunar, a las tardes recogiendo a mi hermana de su trabajo y platicar de todo camino a su casa, le pertenezco a las bromas de mi hermano que siempre acaban en un “te amo”. También le pertenezco a mis sobrinos y el montón de besos, bromas y amor que tienen para darme.
Le pertenezco a las noches de vino y platicas interminables con mis amigas. Le pertenezco a ese café al que siempre voy con mi mejor amiga e incluso al pastel de zanahoria que siempre pide y nunca se acaba. Le pertenezco a llorar en el mirador de siempre con mis amigos, a los audios eternos de mis amigas que están a la distancia para ponernos al día. A la bendición de mamá vila y a la lotería los sábados con mis tias. Le pertenezco a Ojinaga y los recuerdos y el amor infinito de mi familia que siempre encuentro ahí. Pero, también le pertenezco a Nueva York, a sus calles, a sus parques a su clima siempre cambiante, le pertenezco a su ruido y tambien a su paz.
Le pertenezco a todo lo que me hace brincar el corazón, pero lo mas importante es que después de tanto tiempo, me pertenezco a mi, a mis letras, a todo lo que me hace sentir completa.
Hace unos días un amigo que se fue al extranjero me dijo que fue mi culpa y nunca antes una culpa me había hecho sentir tan feliz. Dijo que era mi culpa que el tomara la decisión, que el hecho de haberme visto dejar todo e irme sin saber que iba a pasar lo hizo querer hacer lo mismo y eso lo empujo a tomar la decisión que había rondado por su cabeza tanto tiempo.
ahí es donde me doy cuenta de la importancia de saber a donde pertenecer dejando de lado las expectativas, el instructivo de vida y de lo que “es correcto” por que realmente lo correcto es lo que te hace feliz.
No he dejado de pertenecerle a mis recuerdos, por que justo eso es lo que me ha hecho tratar de ser mejor que todas mis versiones pasadas, es lo que me mantiene alerta a no volverme a fallar a mi.
Yo he encontrado a donde pertenezco, lejos de las expectativas mías y de quien me rodea y he decidido arriesgarme a equivocarme, pero a sentir que lo he hecho de la única manera que podía: perdiendo el miedo.
Ahora, yo se a donde pertenezco y a donde quiero pertenecer ¿y tu?
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