¿Me extrañaron? La verdad es que tengo meses con una montaña rusa de sentimientos que ni las letras han logrado traducir (y eso, para mí, es decir mucho). Pero aquí estoy, de vuelta, de nuevo, dispuesta a volver a mi centro, a traducirme en literatura, como antes, como siempre. Hace casi medio año mi hermano sufrió un derrame cerebral que puso en pausa mi vida de mil maneras, que me hizo darme cuenta de un montón de cosas que siempre di por sentado, y a lo largo de estos últimos meses mi familia ha sufrido crisis que creo que a todos nos agarraron en curva y justo hoy que mi hermano tuvo la última cirugía me doy cuenta de muchísimas cosas que me invadían en ese momento y no lograba entender, hasta hoy, que lo veo desde lejos y con otra perspectiva; desde lejos y en cámara lenta, como mi mente fotográfica recuerda y revive una y otra vez involuntariamente. Y creo, que, si al menos una persona esta leyendo esto y puedo ayudarles a parar por un momento, y disfrutar lo que tienen alrededor...
Tengo meses tratando de escribir esta entrada y realmente no sabía que nombre ponerle, con que sacar todo el desorden que tengo en mi cabeza queriendo salir a mi teclado y convertirlo en algo, pero, tengo también días hablando con muchos amigos de todos sus procesos y momentos en su vida en el que “no sabemos qué hacemos” pero de alguna manera lo seguimos haciendo; es por eso que esta entrada se llama así. Después de mucho buscar como entender las cosas que he hecho o que mis amigos han hecho realmente sé que todos estamos haciendo pruebas y si nos equivocamos empezamos de nuevo. Y que delicioso ¿no? Estar en el punto de tu vida en el que dices “no pasa nada, si me equivoco, vuelvo a empezar”. Y no hablo de un tema en específico, realmente hablo de todo. Y justo voy a usar unos ejemplos de amigos míos (ustedes saben quiénes son). Tengo una amiga que renuncio a su vida de oficina y comenzó a hacer lo que le apasionaba. La seguridad social ha sido para ella un motor enorme en la de...